viernes, 9 de noviembre de 2018

El hombre ha muerto
A pedido de una señorita muy preocupada por la originalidad del pensamiento filosófico occidental, me puse a pensar… Al menos intentarlo; y digo:la originalidad, última que escuché fue la de Nietzsche.
Pues bien, otra columna sobre la que se debe construir es la realidad, de la que se puede opinar lo que uno quiera, pero no se puede negarla. Cambio climático, contaminación, grandes epidemias, el destino de la humanidad está sellada.
La destrucción de la habitabilidad del planeta a manos de la especie más inteligente que la haya pisado es irreversible. No sólo por que los expertos así lo afirmen, ni siquiera por esa isla de basura plástica en medio del atlántico con la superficie de Francia. Yo afirmo esta sentencia por la inexistente voluntad de cambio. Todos los malos hábitos perdura a pesar de las advertencias.
El mismo uno por ciento de la población que mantiene el status quo, del que es el único beneficiario, sueña todos los días con naves espaciales que los llevarán lejos de la caída y la destrucción provocada por ellos mismos y al mismo tiempo condenando a las víctimas, que serían la población mundial en conjunto a la extinción en masa.